La figura del consumidor digital es un elemento clave a la hora de definir la estrategia de ventas de un negocio. La forma de vender ha cambiado radicalmente en los últimos años y, debido a la pandemia, esta revolución se ha acentuado.
Poco a poco los comercios van dándose cuenta de que conocer a este tipo de usuario es algo fundamental. El target al que nos dirigimos debe estar perfectamente definido y cuantas más especificaciones conozcamos del público objetivo, más podremos adaptar el producto a sus necesidades y preferencias.
En apenas dos años, el perfil del consumidor digital ha cambiado bastante. Confinamiento de por medio, el público ha cambiado sus prioridades y su forma de consumir. Antes de marzo de 2020, el perfil del consumidor digital era el de una persona entre los 30 y 45 años principalmente, y perteneciente a la generación denominada millennial. Además, su proceso de compra se caracterizaba por hacer un rastreo previo en su teléfono móvil y acabar el proceso de compra con el ordenador.
El consumidor de 2021
Llegó la pandemia y con ella el cambio definitivo del modelo de compra. El ecommerce era un modelo en auge hasta que el COVID lo consolidó definitivamente. El hecho de estar “encerrado en casa” hizo que la mayoría de la población cambiase su forma de consumir, por lo que el comprador online se caracteriza por los siguientes rasgos:
El rango de edad de los usuarios que realizan compras por internet se ha ampliado considerablemente. A la persona de entre 30 y 45 años, se le han sumado las generaciones X (nacidos entre 1965 y 1982) y Z (nacidos entre 1996 y 2012). La tendencia actual de estos grupos, además de consumir más en internet, es la de hacerlo en comercios locales, aspecto que, seguramente, se haya visto estimulado por las crisis sanitaria, económica y de distribución que vivimos actualmente.
El smartphone se ha convertido en el dispositivo por excelencia de todo el proceso de compra. El consumidor digital confía plenamente en el móvil para realizar sus compras online. Uno de los usos que más se le atribuye a este dispositivo es el de investigar y comparar, y para eso las redes sociales son herramientas esenciales para las marcas. Estas suponen un escaparate bastante rentable para su catálogo de productos, ya sea a través de su feed o gracias a las campañas con influencers. Además, las redes sociales están empezando a favorecer las ventas en sus propias plataformas, sin necesidad de que los usuarios abandonen la propia red social para comprar.
La demanda por parte del consumidor digital es mayor y la oferta más homogénea, es decir, el volumen de compra aumenta entre productos que cada vez se parecen más. Por eso, el público empieza a decantarse por comprar en base a las experiencias que les aportan las marcas, que tratan de llegar al Top of Mind o Top of Heart a través de campañas personalizadas y dirigidas a su público objetivo. Sin embargo, no solo se satisface al cliente a través de mensajes emotivos, y es que mejorar el proceso de compra es un elemento clave para aumentar el volumen de ventas. Contar con un comercio omnicanal y ofrecer diferentes métodos de pago, hace que el cliente compre y pague como quiera. Hay que tener en cuenta que, a raíz de la pandemia, el usuario trata de pagar menos con dinero en efectivo y se ha disparado el paago digital a través de tarjetas, ewallets, y pagos alternativos como PayPal o Bizum.
El consumidor de 2021 ha vivido una pandemia en la que ha tenido que estar dos meses en casa, lo que ha hecho cambiar la forma de ver el planeta y su economía. Con el mundo medio parado, la población se dio cuenta de la necesidad de cuidar el medio ambiente, por eso, el consumidor digital es también más sostenible y está dispuesto a pagar más por productos ecofriendly.
Desde Sipay, plataforma de pagos especializada en soluciones digitales que ayuda a los comercios a vender más, señalan que “adaptarse al cliente es una cuestión esencial en el día a día. El cambio que ha sufrido la sociedad en los dos últimos años establece unas reglas del juego hacia un mundo mucho más digital, concienciado con el medio ambiente y lleno de experiencias personalizadas y memorables para el usuario. Sin duda, ofrecer una buena experiencia de compra generará una relación de confianza entre cliente y comercio de larga duración”.