En una época de digitalización, numerosos compradores continúan optando por la compra en las tiendas físicas.
¿Cómo compramos? ¿Cómo pagamos? Los hábitos de compra de los consumidores españoles están cambiando y esto se nota en el momento del pago. Los datos reflejan que el comercio electrónico continúa creciendo, como indican los últimos datos ofrecidos por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que señalan que el ecommerce superó en España los 5.400 millones de euros durante el primer trimestre de 2016, suponiendo un incremento del 21,5% en relación con el año anterior, pero todavía son muchas las personas que prefieren comprar en el punto de venta físico.
Este incremento del comercio electrónico, está haciendo que las tiendas de toda la vida, aprovechando las nuevas opciones del mercado, estén trabajando en la digitalización del negocio para poder llevar el momento del pago un paso más lejos. Esta digitalización ayuda también al fomento del crecimiento de los pequeños comercios, que se tienen que adaptar para poder competir con empresas más grandes.
A diario, los consumidores tenemos a nuestra disposición una serie de métodos de pago que están dejando progresivamente de lado al dinero en efectivo, como por ejemplo el pago contactless con la tarjeta o con el móvil, o el pago online en la propia tienda.
Dado que no queremos abandonar la compra tradicional, ni las bolsas, estamos introduciendo a nuestros hábitos de pago otros sistemas, como por ejemplo el smartphone que hace que ya no tengamos que llevar la cartera. Para poder utilizar estos métodos alternativos se necesita tener una tarjeta para introducir los datos, por lo que, según recoge el Informe Tecnocom sobre Tendencias en Medios de Pago 2016, en España el número de tarjetas de crédito ha alcanzado niveles anteriores a la crisis, llegando hasta los 45 millones.
Estas alternativas digitales para pagar en el punto de venta, ayudan a los consumidores a agilizar el proceso de compra. Reducen el tiempo que pasan en el comercio, porque, a pesar de que cada vez se compra más online, nos gusta, sobre todo en determinados productos, probarlo antes de comprar, tocarlo y comprobar si se ajusta a nuestras necesidades y expectativas.
Los españoles recurrimos con frecuencia a comprar online viajes, ropa y tecnología, sin embargo, nos cuesta lanzarnos a la compra de alimentos frescos, de productos de limpieza y medicinas por la red, entre otros, como aparece reflejado en el último informe “Comercio Conectado” de Nielsen. Desconfiamos de cómo puede llegar el producto y preferimos ahorrar tiempo y acudir de manera física para evitar los largos procesos de devoluciones.
Como se trata de métodos de pago digitales, al igual que sucede con los ecommerce, es importante que los comercios ofrezcan una experiencia de compra rápida y eficaz, garantizando a los clientes la seguridad y protección de los datos de tarjeta. Para cubrir esta necesidad, numerosos negocios cuentan con pasarelas de pago que facilitan el proceso de cobro.
De este modo, se benefician tanto las empresas, debido a que reducen costes financieros pudiendo trabajar con distintos bancos y entidades procesadoras al mismo tiempo, como el consumidor final cuando puede, por ejemplo, pagar en su moneda de origen o cuando siendo turista no europeo se le puede devolver el I.V.A., siempre y cuando el comercio incorpore esta operativa.
Desde el Departamento de Comunicación de Sipay, pasarela de pagos española con casi 25 años de experiencia en el sector, consideran fundamental cuidar el proceso de pago en el punto de venta. Por ello, con su solución de pago presencial consiguen que este momento sea rápido, ágil, adecuado a las necesidades de cada comprador y cada negocio, sin importar su sector o tamaño.