La explotación de los datos se ha convertido en el elemento diferenciador de las empresas

Los éxitos en el mercado están vinculados en los últimos años con la utilización de las tecnologías de información (TI), especialmente gracias a la incorporación y explotación de las herramientas que proporcionan información sobre los consumidores. Por ello, invertir en estos recursos debería ser un objetivo fundamental en la estrategia de las empresas.

El objetivo de todas las organizaciones es determinar las necesidades, deseos e intereses de mercados objetivos y satisfacerlos de manera más efectiva y eficiente que los competidores, manteniendo o mejorando el bienestar de los consumidores y de la sociedad a largo plazo. Para lograrlo, en numerosas ocasiones pasan por alto el gran poder que tiene un elemento pequeño, pero de los más importantes para alcanzar el éxito empresarial: el dato.

Son muchas las preguntas planteadas a la hora de analizar el éxito de un comercio: ¿Estoy ofreciendo los productos que mis clientes quieren? ¿Estoy dirigiéndome a mi nicho de mercado? ¿Los servicios que ofrezco satisfacen las expectativas y necesidades de mis clientes? La respuesta a estas preguntas solo se puede lograr mediante el análisis de lo que quieren los consumidores, y todo esto se consigue gracias al smart data, que es la capacidad de usar los datos disponibles de la manera más eficaz posible.

Hoy en día, debido a la gran variedad de opciones que existen en el mercado, los datos constituyen un elemento de gran utilidad para los comercios. Tanto las tiendas físicas como los ecommerce deben usarlos para crear propuestas orientadas a la personalización, un elemento fundamental para lograr atraer clientes. Para conseguirla, antes se deben analizar una serie de factores, entre los que se encuentran:

  • Descubrir cuál es el volumen de compras en los diferentes canales de venta (tienda física, canal online, redes sociales, etc.).
  • Conocer las características socioculturales del público (edad, sexo, poder adquisitivo, etc.).
  • Analizar los hábitos de consumo de los clientes (si compran más a principios de mes, algún día concreto de la semana, en alguna franja horaria concreta, método de pago que más se utiliza para abonar las compras, etc.).

Una vez se tienen identificados estos datos se podrán crear estrategias adaptadas a cada usuario, pero esto no es lo único importante. Analizar los momentos claves que determinan la finalización o no de la compra, es sin duda, un requisito que no se debe pasar por alto, y deja claro que el proceso de checkout es un aspecto fundamental a la hora de finalizar la compra.

Según un estudio realizado por IAB Spain, una de las principales razones de abandono de compras online consiste en que la forma de pago no se adapta al usuario. Además, la lentitud del proceso, los errores en la página de compra o mala visualización de la información del producto son otros de los factores más destacados. En este sentido, analizar cuál es el método de pago más utilizado por los usuarios, monitorizar el proceso de cobro y el momento y la razón por la cual un cliente no finaliza una compra, puede ayudar a establecer una estrategia orientada a satisfacer las necesidades de compra de los consumidores.

Desde Sipay, plataforma de pagos con más de 25 años de experiencia en el sector, somos conscientes de la importancia que tiene la desanonimización del usuario y el análisis de los datos, por lo que ayudamos a los comercios a vender más ofreciendo soluciones con los datos de compra de los clientes para que no abandonen sus compras. Algunas de estas soluciones son:

  • Agrupación de todos los canales de compra en una única integración, con un diseño del proceso de checkout adaptable al look & feel del comercio.
  • Tokenización, para almacenar los datos de las tarjetas de los clientes y evitar que introduzcan los datos de su tarjeta continuamente y con ello agilizar el proceso de compra.
  • Solución de pay by link, para enviar mensajes personalizados con el fin de que tus clientes vuelvan al carrito abandonado y finalicen el proceso de pago.
  • Variedad de métodos de pago, para que el cliente pueda elegir su favorito y evitar que la forma de pago no se adapte al usuario.
  • Información de los datos de compra de los clientes en tiempo real, para crear estrategias personalizada para cada uno de los usuarios.

Todo esto permite mejorar no solo la operativa diaria, sino también la productividad, puesto que, al disponer y analizar los datos, los comercios pueden focalizarse en tareas importantes evitando esfuerzos innecesarios en actividades que no satisfacen las necesidades de los consumidores. Además, consiguen ahorrar costes, así como a ayudar a consolidar la competitividad de la marca y mejorar la experiencia del cliente.

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