Los medios de pago han ido evolucionando a lo largo de la historia. Mucho antes de las monedas, ya se intercambiaban bienes a través del denominado trueque. Y es que, este método es el origen de las transacciones económicas actuales.
Tras el trueque, método por el cual las personas convertían sus bienes en “objetos-moneda”, en el siglo VII a.C. los griegos desarrollaron la moneda, método de pago que ha perdurado hasta hoy en día. Tras un “pequeño” salto en la historia, en el sigo VII d.C. se creó el papel moneda en China. Este adelanto supuso la reducción de peso a la hora de llevar dinero encima, no obstante, su introducción en Europa tuvo que esperar diez siglos, y gracias al intercambio comercial con el continente asiático, los europeos comenzaron a introducir esta forma de pago dentro de sus fronteras. Los billetes han ido incorporando con el paso del tiempo ciertas técnicas de seguridad, lo que ha ido dificultando la falsificación de estos. Algunos de los elementos de seguridad con los que cuentan actualmente nuestros billetes son la marca de agua, los relieves o la tinta ópticamente variable (OVI por sus siglas en inglés).
El nacimiento de las tarjetas
Las tarjetas seguramente hayan sido una de las mayores revoluciones en el mundo de los métodos de pago, ya que su ligereza y simplicidad para el uso de las personas la convierten en un elemento indispensable en nuestro día a día. Sin embargo, al igual que el resto de los métodos, han tenido una evolución desde 1914, fecha en la que surgió el primer modelo. En ese año, la empresa Western Union creó una tarjeta específica para sus clientes más selectos, permitiéndoles acceder a una línea de crédito sin cargos. En 1949, surgió la tarjeta de crédito tal y como la conocemos hoy. Frank X. McNamara se encontraba en un restaurante y a la hora de pagar, se percató de que no tenía su cartera y no podía abonar la cuenta. A raíz de ahí nació la tarjeta Diners Club, que permitía pagar en diferentes establecimientos y cobrar los cargos a final de cada mes.
En 1958 nacieron dos entidades clave para el sector financiero: Bank Americard (actual VISA) e Interbank Card Association (actual MasterCard). Sin embargo, las primeras tarjetas de crédito las lanzaron American Express y Bank Americard, esta última gestionada por Bank of América. La tarjeta de crédito llegó a España en 1970 gracias a la asociación entre el Banco de Bilbao y el Bank of America, generalizándose su uso en la década de los 80.
Las tarjetas han ido introduciendo poco a poco diferentes tecnologías para aumentar su seguridad. Las primeras simplemente contenían el nombre del titular y una serie de números que le identificaban. Más tarde, en la década de los 70, se implementó la banda magnética que contenía la información codificada de la tarjeta, lista para ser leída por el terminal de cobro. Ya en los años 2000, la seguridad de las tarjetas incorporó el chip EMV, mecanismo a través del cual el comprador debía introducir el código PIN para pagar.
Una tecnología revolucionaria
El pago contactless se basa en la tecnología NFC (Near Field Communication), que comienza su andadura en el año 2002 cuando Phillips y Sony trataban de conseguir un protocolo de intercambio de información entre dos terminales, que se encontraran a pocos centímetros de distancia y su posterior procesamiento.
Su integración para los pagos a través de teléfonos móvil fue incluso más tardía. Google fue el primero en lanzar una cartera digital en el año 2011 para digitalizar las tarjetas de sus subscriptores, mientras que Apple lanzó al mercado Apple Pay en el año 2014, convirtiéndose en la primera cartera digital para móviles con la que se podía pagar en establecimientos, tanto físicos como online.
En Sipay, plataforma de pagos con más de 25 años de experiencia en el sector, sabemos de la importancia que tiene la innovación en los medios de pago y la relevancia de la implementación de nuevas tecnologías que mejoren la seguridad de las transacciones y la experiencia de usuario.