El Big Data ha recorrido un largo camino, pero el Smart Data ha llegado para revolucionar la ruta y el destino.
Big Data vs. Smart Data: la evolución de los datos
Cada generación tiene características propias a la hora de comprar, y los comercios deben adaptarse a ellas para satisfacer los deseos de los usuarios. Para ello, pueden valerse de unos datos que, adecuadamente interpretados, son capaces de predecir comportamientos clave para el incremento de sus ventas. El Big Data está disponible en bruto, como un gran depósito con ingentes cantidades de datos, pero, ¿cómo gestionar estos datos para convertirlos en información útil? Es aquí donde entra en juego el Smart Data, la evolución del Big Data que no se centra solo en la recopilación, sino que da un paso más hacia el análisis.
El Smart Data consiste en convertir largas listas de números inconexos en información con valor, útil para la toma de decisiones. Así, transforma estos datos en estadísticas mediante complejos algoritmos que procesan el Big Data. En pocas palabras, el Big Data supondría la captación de información, procesamiento y filtrado, mientras que el Smart Data actuaría una vez que toda esa información estuviese procesada, convirtiéndola en respuestas clave sobre el mercado a través de fórmulas y algoritmos.
Durante mucho tiempo, el Big Data ha recogido información, pero sin aprovechar toda la potencialidad que puede obtenerse de su uso. Con la llegada del Smart Data o la Inteligencia de los Datos, los beneficios para las empresas han salido a la luz, abriendo un mundo de posibilidades en lo que respecta a la explotación de los datos y ofreciendo un panorama con nuevas ventajas.
Beneficios del Smart Data
- Ofrece menos cantidad de datos, pero de mayor calidad y menor volatilidad, ya que simplifica y estructura las cifras que se generan.
- Permite la toma de decisiones de forma más precisa y menos intuitiva, evitando los posibles riesgos.
- Es multisectorial ya que dependiendo del campo sobre el que se quiera aplicar puede ser muy enriquecedor y de gran utilidad.
- Revela nuevas tendencias, facilita la flexibilidad e incluso se anticipa al mercado prediciendo futuros comportamientos y problemas.
- Ayuda a la alineación de los procesos corporativos con la estrategia empresarial e incluso potencia el desarrollo de nuevas estrategias
- Contextualiza toda esta información dentro del mercado para, por ejemplo, mejorar la experiencia del cliente mientras navega por la web, anticipándose a sus deseos y aportándole una mayor comodidad.
- Finalmente, fomenta un mayor conocimiento del sector o de los clientes, facilitando el diseño de nuevas soluciones y productos que se adapten mejor a sus necesidades.
¿Cómo afecta realmente al negocio?
Que un cliente decida hacer la compra semanal los sábados, en su supermercado más cercano, pagando con tarjeta, es un comportamiento cuya repetición puede dar lugar a datos de gran valor sobre todo el proceso de compra. El Smart Data es capaz de dar uso a esos datos para predecir cómo comprará en un futuro, dónde, a qué hora, cuánto estará dispuesto a pagar o cómo decidirá pagarlo. Aunque este tipo de predicciones pudieran parecer ciencia ficción, lo cierto es que son una realidad a día de hoy.
Por esto en Sipay, pasarela de pagos con 25 años de experiencia en el sector, se quiere ir más allá: “no sólo queremos ofrecer a nuestros clientes la posibilidad de gestionar y analizar los datos de compra de sus usuarios, sino que queremos ayudarles a utilizar esta información para, posteriormente, ofrecerles su método de pago preferido en función tanto de esta conducta repetida como de sus características geográficas, culturales, educativas, tipo de producto comprado, edad, etc. Así, el comercio es capaz de adaptarse a las necesidades de sus consumidores, lo que contribuye positivamente a los ratios de conversión y la fidelización”.
Los datos son importantes, pero de nada sirven si no se transforman en información útil para empresas y negocios con necesidades reales.