La tecnología del pago invisible es una realidad que aporta multitud de ventajas a clientes y comercios
Los medios de pago evolucionan a pasos agigantados, mejorando progresivamente la comodidad, seguridad, rapidez y la experiencia de usuario. El pago invisible permite, por ejemplo, un supermercado sin cajas donde el cliente solo tiene que seleccionar los productos que desea y marcharse a su casa. Sin colas, esperas ni complicaciones, ya que el pago invisible permite que la factura se abone automáticamente al salir del establecimiento.
El consumidor es cada vez más impaciente y en lo relativo al momento del pago no es menos. El pago invisible es una forma de ofrecer al usuario final una mejor experiencia de compra, desarrollada acorde a sus necesidades. También es fundamental que la tecnología sea fácil de usar, rápida y segura. El cliente necesita sentir que no pierde tiempo con las colas o con largos procesos de compra.
Varias empresas ya han implementado una tecnología que monitoriza los productos que adquiere cada cliente y los agrega en el carrito virtual. Es tan sencillo como cargar el importe correspondiente al finalizar la compra. Al marcharse, el comprador no tiene que guardar ningún tipo de recibo o registro de garantía para devoluciones o intercambios; todo queda registrado de manera digital.
El pago invisible permite ahorrar tiempo en colas, además de eliminar los recibos para las devoluciones
Estos nuevos métodos consiguen mejorar todo el proceso de compra, pero hay dos elementos vitales para que puedan desarrollarse: la seguridad y la tecnología. Una de las causas principales por las que un cliente cancela una compra, es la duda sobre la fiabilidad del establecimiento en el que está comprando. Si en algún momento piensa que sus datos personales pueden estar comprometidos, probablemente cancele la operación y acuda a otro comercio. Además, debe ser una seguridad en permanente evolución tecnológica, ya que los ciberdelincuentes buscan nuevas formas de atacar la información de una manera constante.
Todo ello debe estar soportado por una tecnología fiable, que consiga hacer los procesos rápidamente. Hay que facilitar lo máximo posible el trabajo del cliente, reduciendo el número de pasos a seguir, el tiempo empleado y la complicación.
Por tanto, empresas y clientes necesitan un entorno seguro y tecnológico para no comprometer los datos personales. Para ello, existen pasarelas de pago, que ayudan a minimizar el fraude, cumpliendo con los exigentes estándares de la normativa PCI DSS. Es el caso de Sipay, que cuenta con la última versión del certificado en 19 productos que ofrece a sus clientes.
La seguridad y la tecnología pueden ayudar a conseguir una experiencia de usuario omnical 360º, además de fidelizar al consumidor ofreciéndole un servicio mucho más cómodo y fiable. Según un estudio elaborado por Juniper Research, el pago invisible moverá 78.000 millones de dólares en transacciones en 2022. En ese mismo año, el servicio ya lo usarán 30 millones de usuarios. El pago invisible es el futuro, pero pronto será el presente.