El avance y la innovación tecnológica parece no tener fin, surgiendo herramientas como Bizum, los neobancos o el open banking. Este último permite a terceros acceder, con consentimiento, a la información financiera de los usuarios para ayudarles a gestionar mejor su dinero.
Todas estas innovaciones responden a una creciente demanda de automatización y buscan facilitar la vida diaria, ofreciendo soluciones eficaces adaptadas a distintos sectores.
En este post, repasamos este concepto que ha potenciado el acceso a datos bancarios, su regulación, el impacto que está teniendo en el sector financiero y el futuro que tiene por delante.
¿Qué es el open banking?
El open banking es una actividad financiera que permite a terceras personas acceder a los datos de los clientes de una entidad bancaria mediante distintas aplicaciones. Es decir, que los bancos y otras empresas financieras puedan compartir información de forma segura con otras aplicaciones, siempre y cuando dispongan del consentimiento del cliente. Esta práctica simplifica la gestión del dinero de varias maneras y permite realizar pagos de forma segura.
Por otro lado, aumenta las oportunidades de negocio para la banca y para los proveedores de servicios financieros, ayudando a reducir costes y riesgos, y ofreciendo una experiencia mejorada al cliente. Siendo un modelo innovador que está cambiando el sistema bancario por completo, el open banking se ha convertido en todo un desafío para la industria.
¿Cómo se regula?
Existen diferentes marcos que regulan el open banking en todo el mundo, donde el principio básico es el derecho que tienen los clientes a acceder a sus datos financieros a través de proveedores externos autorizados.
En Europa, esta práctica financiera puede funcionar gracias a regulaciones como la Directiva de Servicios de Pago 2 (PSD2), que entró en vigor a comienzos de 2018, y que han impulsado el open banking para aumentar la competencia, innovar dentro de la industria de pagos y mejorar la seguridad de las transacciones en línea.

Gracias a esta normativa, los clientes tienen control total sobre quién puede acceder a sus datos financieros, consiguiendo aumentar la transparencia y confianza.
¿Cómo funciona?
El open banking requiere el consentimiento del cliente para compartir sus datos financieros con las entidades que haya autorizado. Así, el cliente mantiene el control total sobre su información y puede decidir quién accede a ella o retirar el permiso en cualquier momento.
Las tecnologías utilizadas para que se lleve a cabo el open banking son las APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones), que son un conjunto de herramientas que permiten la comunicación segura entre los sistemas de diferentes entidades. Las entidades que obtienen el acceso a datos financieros de los clientes utilizan la información para desarrollar y ofrecer servicios como aplicaciones de gestión de finanzas o servicios de pagos mejorados.
Además, esta actividad financiera funciona de manera diferente en cada país. Su alcance y formato de los datos que se comparten varían y dependen de las normativas y criterios específicos de aplicación de cada país.
Beneficios
El open banking ofrece los siguientes beneficios para empresas y consumidores:
- Administración de finanzas: Existen diferentes aplicaciones que reúnen la información de varias cuentas bancarias en una misma pantalla, para poder consultar la situación financiera total del cliente, y muestran si el cliente paga en exceso por las facturas de los servicios, ayudando a controlar mejor el presupuesto y a ahorrar dinero.
- Pagos rápidos, sencillos y seguros: Es más rápido que pagar con la aplicación de nuestro banco, ya que no es necesario ingresar datos de tarjeta ni iniciar sesión en la cuenta bancaria. Basta con seleccionar el nombre de tu banco en la pantalla de la aplicación y verificar el pago de forma segura (reconocimiento facial o huella dactilar) para realizar una transferencia instantánea.
- Contabilidad en línea: El open banking es una forma segura para que los programas informáticos de contabilidad puedan ingresar a una cuenta bancaria en tiempo real, clasificando los gastos empresariales a efectos fiscales.
- Incorporación de nuevos clientes: Se utiliza para recopilar la información financiera de los clientes, logrando facilitar la incorporación de nuevos usuarios de forma segura y automatizada.
¿Es seguro?
La seguridad es fundamental en el open banking, ya que muchas personas se sienten incómodas al compartir sus datos personales con terceros. Para evitar esto, se protegen todas las transacciones y el acceso a datos mediante distintas medidas de seguridad y formas de verificación.
Esta práctica financiera se considera una de las más seguras por los siguientes motivos:
- Nadie dispone de los datos de acceso o contraseñas bancarias.
- El cliente controla: Quién ve su información financiera, qué datos se comparten, el tiempo de acceso que tienen las entidades a la información y todos los pagos que se realizan.
- Las empresas: Solo pueden acceder a la cuenta bancaria si tienen el consentimiento del cliente, no pueden efectuar ninguna acción que el cliente no haya autorizado y no almacenan las credenciales bancarias.
Para reforzar su seguridad, se han implementado elementos de seguridad como la Autenticación Reforzada del Cliente que exige al menos dos métodos de autenticación, los cuáles pueden ser: información que sepa el cliente (contraseña o pregunta de seguridad), algo en posesión del cliente (correo electrónico o teléfono móvil) o una identificación del cliente (huella dactilar).
También, se ha regulado el acceso a los datos de los usuarios para eliminar técnicas como el scraping, que se utiliza para extraer información haciéndose pasar por un usuario normal.
¿Qué depara el futuro del open banking?
El futuro luce prometedor, con mayor disposición de clientes para compartir sus datos a cambio de obtener mejores servicios financieros y con la evolución de tecnologías digitales, siendo crucial para la expansión:
- Regulación: Conseguir desarrollar regulaciones para expandir el open banking en más países, algo similar a lo que sucede con Wero, la cartera digital que quiere unificar los pagos instantáneos desde dispositivos móviles por toda Europa, desarrollada por la EPI (Iniciativa de Pagos Europea) y respaldada por los principales bancos del centro de Europa.
- Colaboraciones: La creación de un ecosistema de confianza y seguridad, en base a las asociaciones entre instituciones financieras, neobancos y fintechs (Revolut, N26, Bnext…).
- Innovaciones tecnológicas: Utilizar las herramientas tecnológicas avanzadas como la inteligencia artificial para dar servicios más eficientes.

El open banking representa una auténtica revolución en el sector financiero, al permitir que diferentes entidades accedan —con consentimiento del usuario— a sus datos bancarios para ofrecer servicios más integrados, ágiles y personalizados. Las instituciones que adopten esta práctica no solo mejorarán su posicionamiento en un mercado cada vez más competitivo, sino que también podrán diseñar productos y experiencias a medida, basados en el comportamiento financiero real de cada cliente. Esto se traduce en una mayor fidelización, nuevas oportunidades de negocio y una respuesta más eficiente a las demandas de un consumidor cada vez más digital y exigente.
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