El sistema financiero europeo se encuentra en plena transformación ante el avance de la digitalización. En este contexto, el Banco Central Europeo impulsa el euro digital, una forma de dinero público en formato electrónico que complementaría al efectivo tradicional. Esta iniciativa busca garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a un medio de pago seguro, gratuito y universal, adaptado a los nuevos hábitos de consumo.
Aunque su lanzamiento aún no está confirmado, el euro digital ya está marcando el futuro del ecosistema de pagos. Comprender su funcionamiento, diferencias con otros activos digitales y potencial impacto es clave para anticipar los próximos cambios en el sector.
En este artículo te hablamos de qué es el euro digital, en qué fase se encuentra, cómo funcionaría y qué implicaciones puede tener para ciudadanos, comercios y proveedores de servicios de pago.
¿Qué es el Euro digital?
El euro digital es una iniciativa del Banco Central Europeo (BCE) orientada a desarrollar una forma digital de dinero de banco central accesible a todos los ciudadanos de la zona del euro. Se trata de un medio de pago electrónico que coexistiría con el efectivo, sin sustituirlo, y que estaría disponible de forma gratuita para el uso cotidiano de particulares y empresas.
Al igual que el efectivo, el euro digital sería emitido por el Eurosistema, es decir, por el BCE y los bancos centrales nacionales de los países de la eurozona, y ofrecería los mismos niveles de seguridad, privacidad y confianza asociados al dinero público. En este sentido, se posicionaría como una nueva opción de pago fiable y universalmente aceptada dentro de la eurozona, complementando los medios de pago privados existentes.
El proyecto responde a la creciente digitalización de la economía y al cambio en los hábitos de consumo, marcados por un aumento constante de los pagos electrónicos. Con el euro digital, el BCE busca garantizar que los ciudadanos sigan teniendo acceso directo al dinero público también en formato digital, promoviendo al mismo tiempo la innovación, la inclusión financiera y la soberanía monetaria europea.
¿En qué fase se encuentra el euro digital?
Según el Banco Central Europeo, en la actualidad, el proyecto del euro digital se encuentra en la fase de preparación, iniciada en noviembre de 2023 tras la finalización de una etapa previa de investigación. Esta fase tiene como objetivo sentar las bases técnicas, normativas y operativas necesarias para una posible emisión futura del euro digital por parte del Banco Central Europeo.
Entre los principales trabajos que se están llevando a cabo se encuentran la definición del esquema de funcionamiento, la selección de los proveedores tecnológicos encargados del desarrollo de la plataforma e infraestructura, y la realización de pruebas y experimentos que permitan validar las distintas funcionalidades previstas. Además, el proceso incluye un diálogo continuo con ciudadanos, profesionales del sector y otras partes interesadas, con el fin de garantizar que el euro digital responda adecuadamente a las necesidades del mercado y cumpla con los estándares establecidos por el Eurosistema.
Durante esta fase, el BCE elabora informes periódicos que reflejan el estado de avance del proyecto, incluyendo aspectos técnicos, normativos y de gobernanza. Aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre su emisión, se prevé que esta etapa evolucione hacia una fase de desarrollo más avanzada, en la que se pondrían en marcha servicios piloto y pruebas de integración con los intermediarios financieros. Esta fase posterior podría extenderse durante varios años, en función de los resultados obtenidos y de las decisiones del BCE.
¿Cómo funcionaría el euro digital?
El funcionamiento del euro digital sería comparable al del efectivo, aunque en formato electrónico. Al igual que cuando un ciudadano retira dinero en efectivo de un cajero automático y el saldo de su cuenta bancaria disminuye en la misma cuantía, el euro digital permitiría convertir fondos de una cuenta bancaria en su equivalente digital, almacenado en un monedero electrónico específico.
Este monedero en euros digitales podría abrirse a través de una entidad financiera, como un banco o mediante una autoridad pública designada, por ejemplo una oficina de correos. Una vez habilitado, el usuario podría transferir fondos a dicho monedero desde su cuenta bancaria o incluso mediante el depósito de efectivo, para posteriormente realizar pagos digitales.
El euro digital permitiría realizar pagos instantáneos y seguros tanto en establecimientos físicos como en comercios electrónicos o entre particulares. Cada transacción se ejecutaría de forma inmediata, garantizando una experiencia de pago fluida y sin fricciones.
Asimismo, los euros digitales recibidos podrían conservarse en el propio monedero hasta un determinado límite o transferirse de nuevo a la cuenta bancaria asociada. Esta operación podría configurarse de forma manual o automática, según las preferencias del usuario.
En definitiva, el euro digital ofrecería una alternativa moderna y eficiente al efectivo, manteniendo sus ventajas fundamentales, como la seguridad, la privacidad y la universalidad, pero adaptadas al entorno digital actual.

¿En qué situaciones se podría usar el euro digital?
El euro digital está concebido para ser un medio de pago universal, accesible y seguro, disponible para cualquier persona residente o en tránsito dentro de la zona euro. Su diseño permitiría su utilización desde distintos dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles o relojes inteligentes, con o sin conexión a internet.
Una vez habilitado el monedero en euros digitales, los usuarios podrían emplearlo en múltiples contextos cotidianos, entre los que destacan los siguientes:
1. Compras diarias
El euro digital permitiría realizar pagos electrónicos de forma rápida y segura en tiendas físicas, en comercios en línea o en transacciones entre particulares. Por ejemplo, sería posible utilizarlo para pagar un café, una compra en el supermercado o a una persona por un servicio puntual, como el cuidado de menores. Su disponibilidad generalizada lo convertiría en una alternativa práctica al efectivo en la vida diaria.
2. Pagos entre particulares
Facilitaría transferencias directas de un monedero a otro, sin necesidad de intermediarios y con la misma agilidad que un pago en efectivo. Estos pagos entre particulares podrían realizarse mediante dispositivos móviles o wearables, y serían posibles incluso sin conexión a internet, manteniendo la flexibilidad del dinero en metálico.
3. Viajes dentro de la eurozona
El euro digital también resultaría especialmente útil durante los viajes a otros países del área del euro. Al estar respaldado por el Eurosistema y aceptado en todos los Estados miembros que comparten la moneda única, permitiría efectuar pagos sin necesidad de convertir divisas ni asumir comisiones adicionales. Esta funcionalidad contribuiría a reforzar la integración económica y financiera en la eurozona.
En definitiva, el euro digital ampliaría las opciones de pago electrónico disponibles, garantizando al mismo tiempo accesibilidad, interoperabilidad transfronteriza y protección de los usuarios en todo el territorio del euro.

Diferencias entre el euro digital y las criptomonedas
Aunque tanto el euro digital como las criptomonedas comparten la característica de ser formas de dinero en formato digital, presentan diferencias fundamentales en cuanto a su naturaleza, respaldo institucional, gobernanza y marco regulatorio.
En primer lugar, el euro digital estaría emitido y respaldado por el Banco Central Europeo (BCE), lo que garantiza su estabilidad, seguridad y vinculación directa con el valor del euro físico. Esta característica lo convierte en una forma de dinero público, equivalente digital al efectivo, y con el respaldo de una institución central cuya misión es preservar la estabilidad de precios y la confianza en la moneda.
Por el contrario, las criptomonedas son activos digitales privados cuyo valor no está garantizado por ninguna autoridad monetaria. Su estabilidad depende de factores como la oferta y demanda del mercado o la fiabilidad del proyecto tecnológico subyacente. En situaciones de pérdida de valor o fallos operativos, los usuarios de criptomonedas no cuentan con mecanismos oficiales de protección o reclamación.
Asimismo, mientras que la emisión del euro digital sería gestionada exclusivamente por el BCE y los bancos centrales nacionales del Eurosistema, la creación de criptomonedas se basa en procesos descentralizados como la minería o la validación por nodos, ejecutados por usuarios de la red sin intervención de una autoridad central.
Por último, el euro digital estaría sujeto a la regulación financiera y bancaria de la Unión Europea, lo que implica altos estándares en materia de seguridad, protección de datos y cumplimiento normativo. Las criptomonedas, por su parte, operan en un entorno más heterogéneo y, en muchos casos, aún carente de un marco regulatorio uniforme y consolidado.
En resumen, el euro digital representa una forma digital de dinero público regulado, mientras que las criptomonedas constituyen activos digitales privados con un funcionamiento y finalidad muy distintos.
El euro digital se perfila como una herramienta clave para reforzar la accesibilidad, seguridad y eficiencia de los pagos en la eurozona. Aunque aún en fase de preparación, su potencial impacto en el ecosistema financiero exige una adaptación progresiva por parte de todos los agentes del sector. Su integración complementará al efectivo y responderá a las necesidades de una sociedad cada vez más digital.
En Sipay trabajamos para que nuestros clientes estén preparados ante los nuevos escenarios de pago. Seguiremos de cerca la evolución del euro digital para ofrecer soluciones alineadas con su futura adopción.